jueves, 15 de marzo de 2018

Nuestra Señora de la Amargura. C/ Cánovas del Castillo (José Vicente Vivo) por Ricardo Caballero Pérez y José Vicente Vivo.


Que me puede transmitir esta marcha, mucha sentimiento y emoción, pues es una marcha que he visto su evolución. Para mi no es una marcha cualquiera, es MI marcha, mi marcha porque cada vez que la escucha me traslada a la calle Cánovas del castillo y veo a esta madre en su amargura entrando para llegar a su casa, a la casa museo, se acaba el viernes santo, cristo está muerto y ya está en su sepulcro que viene por detrás en su cama tan bonita. 
Me viene a la mente el año de su estreno en el pregón 2013, gracias a mi amigo José Ángel por permitirme introducir la marcha ese año.  Acompañado del compositor, y su familia, muy nerviosos todos, pues era el estreno de la marcha en sí, las manos me sudaban y comenzó a sonar, miré a mi amigo José y le dije gracias por crear esta maravilla. Llego el viernes santo con la entrada de la Amargura y empezó a sonar la marcha por la Calle del Barco para acabar en Cánovas del Castillo, y cada vez que la escucho me traslada a esos dos momentos. Siempre estaré agradecido a mi amigo, por esta bella composición. GRACIAS

 Es una marcha que transmite muchas emociones pues tiene pasajes para todo, como nos comenta su compositor a continuación, José Vicente Vivo nos escribe sobre la marcha este es su escrito:

“Nuestra Señora de la Amargura” es una marcha de procesión dedicada a la Cofradía de la Santa Verónica de Cieza y a su bella imagen, creada por Francisco Romero Zafra en 2009 y que da nombre al título.

A su vez, va dedicada a Mariano Caballero López, uno de los miembros de la directiva desde 1995 hasta 2004 y padre de Ricardo Caballero Pérez, la persona encargada de impulsar esta ilusión.

La marcha, con un tempo que favorece un paso tranquilo y pausado, comienza con tres notas que van desarrollándose y desplegándose en una melodía noble y sincera que describe el rostro de la imagen.

Dichas notas conducen el discurso melódico hacia un momento enérgico y firme, recuerdo de la valentía y coraje de su hijo, Jesús. Una ilusión fugaz que se desvanece volviendo a la más cruel realidad.

La segunda parte de la marcha se desarrolla con una elegante melodía que reposa en notas de larga duración, donde la armonía y contrapunto se pasean entre ellas creando breves disonancias que se resuelven provocando un pequeño juego de tensión-relajación. Un discurso manso y sereno que, a pesar del dolor y sufrimiento por la muerte de su hijo, conforta y ampara su alma sabiendo que siempre vivirá en su recuerdo.

Aún así, el instante en el que un quinteto de metales (trompetas, trompa, trombón y tuba) se cruzan sus melodías iniciadas con las tres notas del inicio se insinúa que todavía queda esa retentiva al dolor y sufrimiento.


© 2013 | www.josevivo.es



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