lunes, 7 de abril de 2014

Oremos (Ricardo Dorado) - Calle del Cid

Oremos (Ricardo Dorado) - Calle del Cid. Por Manuel Marín Rodríguez

Nuestro amigo y compañero Pascual, me pide que participe en su blog escribiendo sobre alguna anécdota o recuerdo que haya podido tener de alguna marcha de procesión, y lo haré diciendo que a pesar de que para mí Mektub es la marcha procesional por antonomasia, en este caso fue OREMOS, aquella marcha con la que por primera vez daba mis primeros pasos como músico tocando un Lunes Santo acompañando al Santísimo Cristo de la Sangre, a mi temprana edad de 11 años, cuando a los pocos metros de la salida de la procesión desde la Basílica de la Asunción, el desfile procesional se adentraba en la calle del Cid y comenzábamos a tocar esta marcha.

Momento en el que como bien me puedo acordar, sentía una gran satisfacción al verme tocando en la calle con una banda de música, y sobre todo, por haber sido en Semana Santa mi primera salida como músico, ya que de haber desfilado desde niño como nazareno, el de hacerlo como músico siempre fue el mayor deseo que me persiguió desde que comencé a tocar un instrumento. Sentimientos que en aquellos instantes conforme al transcurso de la ejecución de la marcha, me hicieron recordar a mis seres más queridos ya fallecidos, en especial a mi abuelo Francisco, “Paco”, quien a la salida del colegio a las 12, cuando todavía teníamos la jornada escolar dividida en mañana y tarde, me acompañaba hasta la antigua escuela de música de la calle empedrá para recibir las clases de mis primeros cursos de música. De aquí el hecho de que esta marcha haya quedado guardada en mi memoria tanto por recordarme la primera vez que salía como músico en Semana Santa, como a mi abuelo materno, quien de algún modo estuvo muy ligado a mi infancia y a los inicios de mis estudios de música.

Oremos es una marcha en la que simbólicamente queda reflejado el curso de la vida humana desde el nacimiento hasta la muerte, algo que he podido ver plasmado en cada una de las tres partes que conforman la estructura musical de la obra. No obstante hay que recordar que Ricardo Dorado fue uno de los compositores más representativos dentro de nuestro panorama musical cofrade, compositor de otras marchas tan conocidas como; Mater Mea, Cordero de Dios o Getsemaní, entre otras…

Manuel Marín Rodríguez

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