lunes, 7 de abril de 2014

Toque de Oración - Plaza Mayor

Toque de Oración - Plaza Mayor por Alejandro Ortega

No sé muy bien por dónde empezar, quizás esta obra sea una de las más solemnes y que evoca más sentimientos por su carácter de despedida de la vida hacia la muerte o quizás a otra vida. Para mi representa un todo en la música, una muestra de que una vida sin música no es vida. Podría recordar muchas marchas de Semana Santa y todas tendrían un algo especial para mí, pero mi elegida es Toque de Oración, porque es uno de los pocos nexos que me quedan con el paso de los años entre mi abuelo y yo, ¿por qué? pues así comienza mi humilde historia semansantera en Cieza...

Desde niño, la afición musical de mi querido abuelo Pepe me hizo conocer tantas y tantas marchas de Semana Santa antes de que tan siquiera pudiera entonarlas, cosa que haría más tarde con la trompeta que él y mi abuela me regalaron allá por el 99. Era difícil no sentir en casa la semana santa, y es que cómo no sentirla viviendo en la ya desaparecida esquina del cocodrilo, dónde tantas mañanas admiraba a aquellos músicos que derrochaban arte por los cuatro costados, pero a pesar de todo, ninguna de aquellas marchas es mi elegida.

Esta obra ilustra muchos sentimientos, una mezcla de añoranza, tristeza pero también felicidad. Hace unos cuantos años, un 12 de Noviembre de 2006 (demasiados ya), mi maestro, mi mentor y sobre todo aquel que me enseñó todo cuanto sé de música, me dio la oportunidad de hacer de solista y además dedicarle esta obra a mi abuelo fallecido, José Ortega Rojas, al cuál consideraba tanto o más que un padre, acompañado de los mejores, de mi banda, de la banda de Escuela Municipal de Música dirigida como no por Don Francisco García Alcázar, mi maestro, el maestro.

Fue una mañana de noviembre y la recuerdo como si fuera ayer, es complicado de expresar con palabras pero algo mágico se creó en el ambiente de la grandiosa Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, mis compañeros y compañeras entonaron ese acorde mágico que marca el comienzo del solo de trompeta que me hizo levitar y estar más cerca de él mientras la vidriera principal de la basílica relucía como si de algo divino se tratase. Siempre le estaré eternamente agradecido por darme aquella oportunidad de mandar ese toque, ese solo de trompeta que él nunca pudo llegar a ver pero que tantas veces me susurró y como no también agradecer a mi banda por acompañarme en aquella mañana. Digo esto porque quizás la juventud no me permitió agradecer todo esto.

Unos años después volví a sentir lo mismo, esta vez fue en nuestra querida Semana Santa con la imagen de la Santísima Virgen de la Piedad esperando el toque de oración para que el hijo que yace entre sus brazos descansara en la Basílica la Asunción afincada en la Plaza Mayor de Cieza. Una vez más comenzó ese acorde místico que da paso al toque de oración divino que tuve la suerte de poder interpretar (de nuevo) y que mientras miraba fijamente el rostro de aquella mujer con lágrimas en sus ojos, mi cuerpo y alma se convertían en uno.

Como músico ciezano y semanasantero, las calles de Cieza en Semana Santa suenan a algo, tienen su sintonía propia, muchos rincones quedan por descubrir pero sin duda para mí la Plaza Mayor suena a Toque de Oración.
Gracias amigo Pascual por darme esta oportunidad de poder describir con palabras lo que con música siento, y sin nada más, os dejo un vídeo dónde he resumido esa experiencia que yo viví aquel maravilloso 12 de Noviembre de 2006.

“Oh Toque de Oración
que con tu melodía
despides a aquellos
que parten...
Oh Toque de Oración
que con tu melodía
devuelves al recuerdo
a aquellos que partieron”


Alejandro Ortega.

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